sábado, 27 de marzo de 2010

LUJURIA

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Naty y Sebastián, eran pareja desde hacia más de diez años, ella una morena atractiva, joven, pasional, él, un hombre elegante, culto, algo mayor que ella, muy dedicado a su trabajo. En apariencia, eran una pareja formal y bien constituida, pero en la realidad, no era tan así, ya que como dije, ella muy pasional y el con algunas dificultades sexuales. Una tarde alguien le comenta a Sebastián, que su mujer le era infiel, que cada mañana cuando el se iba a sus actividades, a su casa llegaba un hombre joven y que al cabo de algunas horas se retiraba. Una mañana, como lo hacía habitualmente sale de su casa, pero ese día en particular decide regresar para confirmar la infidelidad. Al cabo de una hora, vuelve a su casa y sin ser visto, se dirige al cuarto en el que su esposa y el amante ocasional se encontraban, aprovechando la puerta entreabierta se pone a observar como ambos estaban entregados a un acto lujurioso como pasional, esa visión, lo excito al punto de encenderlo como una hoguera, comenzó a tener sensaciones que hacia mucho tiempo no experimentaba, se quedo observando como su mujer gozaba y gemía, en ese momento comenzó a sentir que derramaría su lava, continuó acariciándose en tanto su deseo seguía en aumento, en el cuarto su mujer y ese joven, de cuerpo musculoso y fibroso, seguían entregados a todo tipo de juegos eróticos y lujuriosos. En el momento que su mujer era penetrada por el túnel, no pudo contenerse e ingresó a la habitación, y comenzó a besar los relieves turgentes de su mujer, continuó besándola hasta detenerse en el bello jade y deleitarse con el pequeño relieve de su interior, sorbiendo todo el néctar que manaba como un manantial, para ser él, quien la atravesara con su espada, firme como la de un guerrero, en tanto los tres enloquecían en medio de gritos, gemidos

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